le agradezco a mi santo
él, de los que no se creen ninguna,
por haberme engañado otra vez
y dejarme a tus pies como un ciego que busca y encuentra
después de perderse hasta enloquecer
sabría qeu en la entrada estaría esperandome, impaciente... sabría que la lujuria frenética de ese cuerpo que late e s t al l a r í a e n a l g ú n m o m e n t o sabría que la impaciencia es la mejor de sus cualidades, y que es el misterio el mejor de sus vestidos... sabría, lo sabría. lo sabría y lo aplicaría... ya que al entrar en ese pequeño caleidoscopio de utopías, lo uno y lo otro se convierten y son uno.....
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